lunes, 28 de abril de 2014

ISLA NEGRA, UNA IDEA.


   Isla Negra está junto al mar, pero no es una isla, como yo pensaba  y quizá mucha gente piense aún. Isla Negra es un lugar pero también una idea en la que flotan las palabras de los versos de Neruda. Es también un símbolo de resistencia contra la opresión. Un lugar donde sobreviven la dignidad del hombre, la pasión de vivir, la de amar. Yo visité Isla Negra para encontrar todas estas cosas, porque mi viaje por Chile me permitió descubrir a un hombre cuyo nombre conocía, como conocía algunas de sus poesías amorosas, pero nada más. Ahora conocí un poco más, a través de sus propias palabras, al hombre y al poeta en toda su vastedad. Porque Neruda fue una persona comprometida con la causa de los pobres, de los relegados injustamente por el poder, de los trabajadores olvidados, pero fue asimismo un poeta prolífico, cuya poesía sólo ahora empiezo a conocer.
   Antes de partir para Chile, mi amiga Cata me aconsejó leer sus Odas Elementales, que ella tenía y se proponía dejarme. No encontró el libro entre otros muchos que tiene, y yo partí sin él. Fue en Isla Negra, en esa casa que habitó el poeta y que hoy es objeto de peregrinaje, turístico o sentimental, donde encontré esas Odas Elementales. Compré el libro y lo empecé a leer. Todavía sigo leyéndolo. Unas pocas odas cada día. Elementales las nombró, porque lo son en verdad: odas sencillas, llenas de poesía, pero claras y cercanas, a las cosas más dispares, como a la flor, al hilo o al pan; odas a la esperanza, a la alegría, a la sencillez; a la primavera, a la lluvia, a la vida; a Valparaíso, a las aves de Chile, a César Vallejo. ¿Poemas a golpes de inspiración, ocurrencias repentinas en el continuo discurrir de los días? 
  Ahora que es primavera, dejó aquí las palabras que le dedicó a esta estación, que para él era otro momento del año, porque allá en Chile es en septiembre cuando empieza. Es un poema de versos cortísimos, que el poeta dispone de esa forma, no sé bien por qué, supongo que buscando un ritmo que mi lectura ignora, pendiente sobre todo de las palabras y de su significado, de las imágenes que transmiten. Pero sí, uno nota en la lectura, seguida, sin pausas, que hay una música interna.






“Primavera
temible,
 rosa
 loca,
 llegarás,
 llegas
 imperceptible,
 apenas
 un temblor de ala, un beso
de niebla con jazmines,
 el sombrero
 lo sabe,
 los caballos,
 el viento
 trae una carta verde
 que los árboles leen
 y comienzan
 las hojas
 a mirar con un ojo,
 a ver de nuevo el mundo,
 Primavera,
 Muchacha,
 te esperaba!
 Toma esta escoba y barre
 el mundo!
 Limpia
 con este trapo,
 las fronteras,
 sopla
 los techos de los hombres,
 escarba
 el oro
 acumulado
 y reparte
 los bienes
 escondidos,
 ayúdame
 cuando
 ya
 el
 hombre
 esté libre
 de miseria,
 polvo,
 harapos,
 deudas,
 llagas,
 dolores,
 cuando
 con sus transformadoras manos de hada
 y las manos del pueblo,
 cuando sobre la tierra
 el fuego y el amor
 toquen tus bailarines
 pies de nácar,
 cuando
 tú, primavera,
 entres
 a todas
 las casas de los hombres,
 te amaré sin pecado,
 desordenada dalia,
 acacia loca,
 amada,
 contigo, con tu aroma,
 con tu abundancia, sin remordimiento,
 con tu desnuda nieve
 abrasadora,
 con tus más desbocados manantiales,
 sin descartar la dicha
 de otros hombres,
 con la miel misteriosa
 de las abejas diurnas,
 sin que los negros tengan
 que vivir apartados
 de los blancos,
 oh primavera
 de la noche sin pobres,
 sin pobreza,
 primavera
 fragante, llegarás,
 llegas,
 te veo
 venir por el camino:
 esta es mi casa,
 entra,
 tardabas,
 era hora, qué bueno es florecer,
 qué trabajo
 tan bello:
 qué activa
 obrera eres,
 primavera,
 tejedora,
 labriega,
 ordeñadora,
 múltiple abeja,
 máquina
 transparente,
 molino de cigarras,
 entra
 en todas las casas,
 adelante,
 trabajaremos juntos
 en la futura y pura
 fecundidad florida.”




 


1 comentario:

  1. A mi me gusta ese ritmo de palabras, de frases cortas, que le salen a borbotones, veloces como el pensamiento, que el poeta es capaz de recoger y pasar al papel. Neruda debió ser un hombre de una gran vitalidad, con muchísima energía que se refleja en su obra. Sigo sin encontrar el libro en casa (Odas Elementales).

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